Eramos de 12 a 15 personas que durante el 2004 sábado a sábado nos reuníamos para concebir un plan estratégico de las Casas Interculturales. En nuestras mentes habían muchos sueños, utopías y visiones para transformar la realidad que acechaba a la población en esos días.
Asistimos a una encerrona para conocer el panorama de la violencia y las graves consecuencias que acarrearían si nadie alzaba la voz y los brazos para decir que si se puede cambiar cuando un grupo se lo propone y empieza a despertar, convirtiendo sus sueños en realidad.
Jóvenes y adultos amalgamaban esfuerzos y discusiones distintas que asomaban las primeras redacciones en un formato que después quedarían incrustadas en un pequeño escrito con varios objetivos, qué haceres y directrices.
Era un bebé que queríamos mostrar a nuestros amigos y amigas cómplices de estas locas ideas. Los que creían en el arte comunitario, en la organización, en el tiempo de ocio que se convierte en producción creativa y artística, en la amistad incondicional que cree en las ideas que se pueden hacer sin poner intereses mezquinos, en el voluntariado fiel a las causas personales y que se vuelven comunitarias y participativas.
Presentamos a esos amigos este plan, en una tarde de domingo en el salón comunitario de la Fuentes en Ciudad Quetzal. La bienvenida a cargo de un grupo de zanqueros, y para cerrar, una muestra de los productos de los talleres que se realizaban ya antes del Plan.
Nos planteamos y allanamos una senda del 2006 a 2011 que se cumple en Agosto. Por lo que ya estamos en preparativos para cerrar este ciclo con la alegría de encontrar nuevos desafíos por lo poco que hemos recorrido y los pequeños frutos que están iniciando a brotar.
En esta nota saludo a todos aquellos que iniciamos el proceso y por azares del destino ya no están en Ciudad Quetzal, ni en el país.
Esperamos contar con tu presencia con o sin invitación... espérala.
Por. Marvin Mendoza, Casa del árbol.
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